Groenlandia cada día te sorprende... cuando crees que lo has visto todo, un glaciar que estaba dormido empieza a derrumbarse, el mar que parecía vacío comienza a escupir focas o simplemente se paga una nevada a nivel del mar que te deja con la boca abierta. Es indiscutible que estando en Septiembre haber pasado un verano en groenlandia es haber pasado el verano más corto de mi vida. Que he echado de menos el calor, que echo de menos la fruta la
verdura... vamos todo lo verde y fresco.... pero pasar un verano en las gélidas costas donde aparecen los restos de millones de toneladas de hielo acumulado durante miles de millones de años a razón de 10 cm por año, hace que cuando quieres contarlo tengas tantas cosas que decir que prefieras no decir nada y limitarte a responder lo que pregunten. Me he quedado tantas veces sin 
habla... tantas veces he deseado gravar unas imágenes en mi cabeza que ahora solo quiero recordar y disfrutar. Para ello ayudan mucho las fotos...
